Viento de Otoño. El País de Octubre



Hay situaciones en la vida que, por sorpresivas son aún más impactantes, algo que no esperas es algo que esta hecho para ti, por que es tuyo y, por lo tanto es parte de ti.

Hace más o menos un año que conocí un gran libro, un libro que por el solo título llamó mi atención, estaba al lado de los textos de E.A. Poe, imposible no verlo, pues se encontraba esperandóme, estaba ahí tan sólo para explicar con palabras lo que yo no pude explicar en años; claro tenía que ser alguien quién definiera mi espiritu, que supiera a donde pertenezco, pues yo nací en Octubre, en un día envidiable, en un día de viento, en una mañana con esencia de atardecer y sentimiento nocturno.

No podría hablar de otra cosa que no fuera el maravilloso libro de El País de Octubre, cuyo hermoso titulo me inspiró para nombrar este manual de vida otoñal. Lo importante de este libro no es en sí el título sino el contenido, pues pocas veces pueden encontrarse cosas que guarden perfecta relación entre todas sus partes, esta es una de esas cosas.

Si el nombre de la obra es ya por si mismo algo melancólico, permítanme decir que esto es nada comparado con los maravillosos relatos aquí incluídos, estos van desde historias de deformidad hasta un tratado de madurez, claro sin olvidarse del amor, pero un amor enfermizo que no necesariamente se enfoca en relaciones personales.
Con todos estos antecedentes no cabe duda que es un libro totalmente Bradburyano, ahí está la intriga, la fantasía y ese imprescindible aire nostálgico contenido en todas sus obras, aunque cabe destacar que aquí se juntan elementos que, a pesar de estar siempre ahí, pasaban inadvertidos entre tantas cosas, pues ya pueden apreciarse incluso aires filosóficos, surrealistas y hasta ensoñaciones cercanas a la franca depresión.

Más que una obra inédita, se trata más bien de una colección de varios cuentos entre los que se encuentran algunos pertenecientes a otros libros, es algo así como el summum de la bibliografía de este genial (no es mero fanatismo, es GENIAL) autor, y si bien esto es un tanto subjetivo, yo lo atesoro por lo que encierra en su laberinto, pero sobre todo por las figuras irrepetibles que ahí se esconden. No me inclinaré a describir todo lo que aquí se contiene sino, más bien, me limitaré a decir que depués de leer esto, el Otoño y Octubre en particular dejarán de ser simples hojas en la hierba o vientos estremecedores, pues esto es el Otoño en su versión desnuda, en su versión real.

Entre mis cuentos favoritos(que no son necesariamente los mejores)aquí presentes, pueden contarse a la impresionante declaración de principios de cualquier soñador (o loco, según se vea) llamada El Tío Einar, la cual raya en la completa lucidez de un ser surrealista; la agonizante (en el sentido más literal de esta dolorosa palabra) El Emisario, en la que se cuenta la historia de los martirizantes deseos de un niño y sus eventuales intentos por conseguir un amigo eterno; y, por último, esa auténtica obra maestra de la imaginación llevada hasta sus últimas consecuencias, es decir, al límite de lo racional, de la filosofía del amor, de los sueños en su máxima expresión, de los anhelos, esos en los que siempre pensaremos pero que tal vez nunca palparemos, en fin, es la confirmación de la lluvia como nueva musa, algo tan maravillosamente onírico que es imposible describir, ¿o cómo sustituir con palabras lo que pueden expresar las imágenes?. No podría hablar más que del relato nombrado como La Alcantarilla.

No puedo decir más de lo que ya he dicho, esta exquisita pieza qué, aún sin ser en sentido estricto una obra maestra, ya que se siente un poco dispersa en el estilo manejado, no lo necesita porque es lo suficientemente lúdica como para traer a nuestros ojos los árboles de tinte ocre, que con cada minuto se tiñen de vejez y por lo tanto de sabiduría.

Ahora sólo falta correr el peligro de vivir en Octubre, y de vivir bajo la luna abrigados con hojas marchitas, que se ilusionan por ser culpables de algunas sonrisas, que tal vez podrian ser las últimas, pero siempre serán infinitas.

Esta es mi ciudad, mi país, mi tierra, mi universo...

"El país de octubre... donde siempre está haciéndose tarde. El país donde las colinas son niebla y los ríos neblina; donde el mediodía pasa rápidamente, donde se demoran la oscuridad y el crepúsculo, y la medianoche no se mueve. El país que es principalmente sótanos, subsótanos, carboneras, armarios, altillos y despensas alejadas del sol. El país que habitan gentes de otoño, que sólo tienen pensamientos otoñales. Gentes que pasan por las aceras desiertas con un sonido de lluvia..."

Sólo le faltó mencionar que la luna de octubre es, siempre, la más hermosa.

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